¿Qué llevar?
Toma en cuenta estos tips para que no te falte nada en el viaje:
- Lleva repelente.
- Utiliza zapatos cómodos.
- Utiliza protector solar.
- Una chompa ligera sería una gran
aliada en tu viaje.
- Puedes llevar botas de caucho...
Para
disfrutar al máximo este centro turístico se recomienda usar ropa
deportiva, como una camiseta, exterior, bermuda o pantaloneta y
zapatillas para su mayor comodidad, y de ser posible una mudada de ropa
en caso de mojarse. Si el clima está lluvioso no olvide traer un poncho
de aguas.
Llevar dinero es importante para hacer el aporte para la
conservación del ecosistema del área turística, y si desea apoyar con el
sustento de la familia que administra este lugar no olvide consumir en
el exótico restaurant.
Experiencia de viaje en el centro turístico
Muchas
veces hemos oído y afirmado que “una imagen vale más que mil palabras”
pero, sin dudas, ésta vez la frase no alcanza: es que la vista solamente
no logra capturar lo que se siente en El Pailón del Diablo; cada uno de
los sentidos es necesario para vivir la experiencia: los oídos para
compartir la furia y el rugido del agua en su caída casi infinita, el
tacto para sentir en la piel la humedad del ambiente, el olfato para
percibir el olor particular que genera la cascada contra la tierra, las
piedras y la vegetación.
Después de andar por caminos
“inesperadamente” estrechos, de ver el paisaje de la zona desde un
puente colgante que debimos atravesar para llegar, El Pailón del Diablo
no nos defraudaba en lo absoluto… allí estaba la inmensa cascada. Era un
día nublado y no pudimos verlo, pero dicen los lugareños que entre las
piedras se puede ver la supuesta figura del mismísimo Satanás, de allí
su nombre.
Es posible, incluso, que olvide algunos detalles de la
travesía porque mi deleite con el paisaje obnubilaba por momentos mi
conciencia, como si estuviera en un lugar soñado, de esos que uno no
cree que existan pero que, finalmente, existen y, aún cuando los conoce,
no puede creerlo… por la magnificencia de la naturaleza en su
esplendor. Lo cierto es que, acompañados por Guido calderón, como
durante toda nuestra experiencia en la zona de Baños de Agua Santa,
descendimos primero por un sendero que acompañaba el desnivel natural de
las montañas para luego subir, rodeados de vegetación y la humedad
propia del vapor de agua y la bruma, que no alcanzaba a mojarnos
completamente, pero estaba muy cerca… y después, el momento culmine del
recorrido: llegamos al origen mismo de la cascada, el lugar en donde El
Pailón del Diablo se hace sentir con todo su esplendor, a
aproximadamente 100 metros de altura… nosotros, perplejos, fascinados,
ensorcidos por el barullo del agua, no hacíamos más que admirarlo.
Lo
mejor de la vivencia fue cuando Guido nos condujo hacia el lugar exacto
en donde El Pailón puede “experimentarse” desde la cercanía más ínfima
que uno puede esperar tener cuando está frente a una de las 10 cascadas
más grandes del mundo: esto es, a una especie de balcón en medio de la
montaña, desde donde se ve la caída furiosa del agua como no es vista
desde ninguna otra óptica, en donde pretender emitir palabra alguna es
inútil por el ruido ensordecedor de la caída y de donde uno sale todo
mojado, con seguridad… es decir, casi desde dentro de la cascada misma.
Puedo
decirles, sin exagerar, que ésta aventura es única. Y son ahora las
palabras mismas de ésta crónica las que no me alcanzan para seguir
describiendo la experiencia. Por eso, mi mejor consejo: si tienen la
fortuna de ir a Ecuador, no dejen de conocer El Pailón del Diablo.